/ 2.9.11 / 2 Comments / Evolucionar , habitos , Humanos , paz , trabajo , Vida , Vivir
El mundo en el que nadie debe.
Por Gonzalo Jaime //
Conozco un sitio, donde las deudas se han perdonado, donde nadie cobra, porque nadie debe.
Un mundo donde no falta nada porque se comparte lo que se tiene.
Donde los contratos son piezas de museo, y los compromisos se sellan con la palabra.
Un lugar de gente transparente, donde a todo se llama por su nombre, donde no hay necesidad de ocultar nada, de mentir o de fingir.
Un sitio donde las voces no expresan reclamos, angustia, ansiedad o necesidad. Sólo, compañerismo, afecto y amor.
Donde las empresas invierte en la felicidad del ser humano, y tienen como misión la evolución del conocimiento colectivo.
Donde se trabaja menos para disfrutar la vida, se produce más y se vive mejor.
Donde se complementan valores, talentos y habilidades. Donde el verbo competir se cambio por compartir.
Donde los animales no temen a los hombres, ni los hombres a los animales, los leones juegan con los niños y los osos comparten la mesa.
Donde cambio el orden de las personas de yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos por: tú, él, yo, ellos, ustedes, nosotros.
Un lugar que después de toparse en la pared y sufrir por egoísmo e individualidades, se estableció pacíficamente por el entendimiento, la tolerancia y la confianza.
Y donde el ego desapareció por la conciencia colectiva.
Un mundo que todos conocemos y queremos, pero que aún no lo vemos porque seguimos debiendo.
Conozco un sitio, donde las deudas se han perdonado, donde nadie cobra, porque nadie debe.
Un mundo donde no falta nada porque se comparte lo que se tiene.
Donde los contratos son piezas de museo, y los compromisos se sellan con la palabra.
Un lugar de gente transparente, donde a todo se llama por su nombre, donde no hay necesidad de ocultar nada, de mentir o de fingir.
Un sitio donde las voces no expresan reclamos, angustia, ansiedad o necesidad. Sólo, compañerismo, afecto y amor.
Donde las empresas invierte en la felicidad del ser humano, y tienen como misión la evolución del conocimiento colectivo.
Donde se trabaja menos para disfrutar la vida, se produce más y se vive mejor.
Donde se complementan valores, talentos y habilidades. Donde el verbo competir se cambio por compartir.
Donde los animales no temen a los hombres, ni los hombres a los animales, los leones juegan con los niños y los osos comparten la mesa.
Donde cambio el orden de las personas de yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos por: tú, él, yo, ellos, ustedes, nosotros.
Un lugar que después de toparse en la pared y sufrir por egoísmo e individualidades, se estableció pacíficamente por el entendimiento, la tolerancia y la confianza.
Y donde el ego desapareció por la conciencia colectiva.
Un mundo que todos conocemos y queremos, pero que aún no lo vemos porque seguimos debiendo.
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2 comentarios:
naaaaa
Conciencia, para un mundo que todos queremos
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